lunes, 29 de junio de 2009

Sortilegio


Atracción irresistible, justas palabras para describir esta novela, después de una larga espera finalmente el 1ero de Junio comenzó la nueva producción de Carla Estrada, obra original de Maria Zaratin antes "Tu o Nadie"; como protagonistas Jacqueline Bracamontes y William Levy.


Escribo hasta ahora la entrada por que quería tener una perspectiva más amplia de la historia que solo el primer capítulo o la primera semana; como comentario técnico, debo resaltar que en este “enganche” que hace Televisa, los capítulos tendían a sentirse cortados o irrelevantes, sobre todo con su antecesora inmediata, pero con “Sortilegio” se percibía que el formato del capítulo era para 20 minutos, claro tenía que ser Carla Estrada.


En este mes hemos sido testigos de dos historias de amor, tanto la de “María José” como la de “Victoria”, en realidad la novela podría pasar por segunda parte de otra, es divertido porque es un vistazo al ¿y que paso después de la boda?, como en la vida real para “Victoria” la vida continuo con altas, bajas y ¿por qué no? Un nuevo amor.


Ahora, la historia principal ha conseguido en poco tiempo dos grandes hazañas, la más impresionante y vistosa es la voltereta que le han dado a todas las encuesta de internet, pasaron de una evidente desconfianza y hasta desagrado a la adoración absoluta, eso da fe de que ambos son protagonistas y por supuesto que la Sra. Estrada sabe lo que hace.


La segunda menos llamativa, pero mas relevante, es lograr que el público se identifique con la pareja, se enamoren con ellos y de ellos, la carga erótica ha hecho su parte, pero el verdadero desafío siempre es encontrar el punto medio, porque si haces que los protagonistas se enamoren a primera vista en el segundo capítulo, es muy difícil empatizar, en cambio si lo prolongas demasiado corres el riesgo de que se pierda el interés.


“Sortilegio” ha logrado enamorarnos, y espero sea un amor de telenovela, es decir: para siempre.


P.D. ¿Qué onda con la entrada?, ¿Cuál es el misterio?, ¿Por qué no la pasan?

domingo, 28 de junio de 2009

El Gancho Final


El día viernes 26 de junio tuvo su gran final la telenovela “Un Gancho al Corazón”, versión mexicana de la argentina “Sos mi vida”, la historia de una boxeadora que se enamora de un rico empresario y además corredor de autos, protagonizada por Danna García y Sebastián Rulli.


La típica historia de cenicienta definitivamente, pero con una carga cómica muy fresca, sin caer en lo simple, llena de situaciones graciosas que nos daban capítulo a capítulo una mezcla perfecta entre romanticismo y comicidad con un toque de drama.


Siempre era bueno para el alma ver las ocurrencias de “Maurcio” y “Valentina”, acompañados por sus no menos agraciados amigos, ¿cómo olvidar la simpatía de “Ximena” y la picardía de “Estrella”? y ni que decir de la pareja antagonista “El Beto” y “La Momia”, que nos hacían reír con su “apasionada” historia de amor, una verdadera víbora enamorada de un patán, quienes poco a poco fueron adquiriendo tal protagonismo que para la mitad de la novela tenían el mismo peso que los “buenos”.


Todos estos eran los ingredientes para un exitazo, hasta que se les ocurrió alargarla, inflándola como globo con acontecimientos cada vez más absurdos e increíbles, que mantenían a la pareja separada, agregándoles una carga de dramática muy pesada que para nada tenía que ver con el concepto original, esta situación desemboco en una pérdida de interés por la historia de la “Monita”, sin embargo, favoreció la de “Constanza”, a quien le dieron la oportunidad de cambiar y ser feliz.


Para mí la historia se acabó con el divorcio de “Mauricio”, después de eso el melodrama colgaba de tres conflictos principales, sobre los cuales daban vueltas y vueltas, la supuesta muerte de “Salvador”, la pelea entre la “Monita” y la “Momia” y la maldad infinita de “Isabel”, junto a dos historias satélites igualmente sobre estiradas, el embarazo de “Estrella” y la pelea entres los hermanos Klunder por “Ximena”, lo que paso de ahí al final lo pudieron contar en dos semanas y no habría habido gran diferencia.


Lástima que por alagarla la historia haya terminado todo en un final exprés, donde el mayor misterio fue con quien se casaría “Ximena”, por lo demás una patética seudo-escena dramática donde muere “Isabel” y como cereza del pastel la típica boda que deja con la sensación de ¿Y luego, que?


Califación

viernes, 19 de junio de 2009

Con el enemigo en casa


Es que cuantas veces en novelas no sea escuchado frases como “eso solo pasa en las telenovelas” refiriéndose a acontecimientos ridículos o “esas son ideas de viejas telenoveleras” usando telenovelera como un despectivo. Inclusive fuera de cámaras actores, y hasta figuras reconocidas de este medio, ponen por debajo del cine, por ejemplo, a la telenovela.

A mi parecer no tendría porque ser así, no tiene más merito un equipo de trabajo que se convierte en una familia después de pasar meses y hasta años con un solo fin; y los actores que le entregan prácticamente toda su existencia a los personajes durante ese tiempo; no es un reto mayor gustar durante una hora cinco días a la semana, con el riesgo de caer en la monotonía o la divagación.

Además no es solo una denigración contra el género, también hacia sus seguidores, porque aquel que conoce de buena música, pintura o cine, es una persona culta de mundo; mientras quien conoce y aprecia las más grandes obras televisivas nunca pasa de ser “un viejo o vieja telenoveleros”
Porque también hay hombres que ven telenovelas y son muchos; pero es tan grande el prejuicio que sus seguidores terminan siendo “fans de closet”, ocultando su gusto, poniendo los más increíbles pretextos para evitar que se conozca, pero llegar a tiempo para verla; y aunque no lo confiesen las telenovelas tiene adeptos hombres y mujeres de todas edades y colores.
Ni siquiera el hecho de ser transmitido por televisión puede ser una buena razón para tan baja estima, ahí están las series que son vistas por “la gente bien”, no como la plebe telenovelera.

Es acaso por nuestro clasismo que subestimamos el valor de este entretenimiento gratuito, o el malinchismo, ya caracteristico de los mexicanos, que nos obliga a demeritar este producto nacional, quizás ambos. Y no estoy diciendo que todas las telenovelas sean obras maestras dignas de reconocimiento; solo digo que tampoco todas las películas, pinturas, fotografías, canciones y demás.

Son melodramas de la talla de “Café con Aroma de Mujer”, “Amor Real”, “Corazón Salvaje”, entre muchos otros, que como cualquier brillante sinfonía merecen el reconocimiento y respeto internacional. Esta es una situación que más que enojo me intriga y la cuestión es ¿Qué necesita la telenovela para ganarse su numerito, que le hace falta?